Cambiando concepciones sobre salud oral y salud sistémica
Cambiando concepciones sobre salud oral y salud sistémica
por Matías Santos López
Salud Oral y Salud Sistémica
Las enfermedades orales son un importante problema para la salud pública a nivel mundial, sin embargo, no se les ha entregado la atención que les corresponde. La Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Global Oral Health Status Report del 2022, estimó que 3.5 billones de personas padecen enfermedades orales en el mundo, siendo las principales, la caries dental, la enfermedad periodontal, la pérdida dentaria y el cáncer oral.
Una salud bucal deficiente repercute en diversas funciones esenciales para un individuo, como la alimentación, la respiración, la estética, la autoestima, la capacidad de comunicarse y desenvolverse socialmente, así como en la calidad de vida en general. Además de la incomodidad del dolor, conlleva una carga económica significativa.
El enfoque histórico ha sido separar la salud oral de la salud sistémica, y considerarlas dos especialidades que manejan condiciones no relacionadas. En palabras simples, la persona va al médico y va al dentista, sin que exista comunicación entre estos dos profesionales sobre su salud, como si fueran dos pacientes distintos.
Sin embargo, hace años la evidencia demuestra la asociación entre las enfermedades orales y las enfermedades sistémicas, especialmente las crónicas no transmisibles, como malnutrición, obesidad, patologías cardiovasculares, hipertensión, diabetes y deterioro cognitivo. Al combinarse el daño de las enfermedades bucales y las enfermedades crónicas en poblaciones con un envejecimiento progresivo, se genera un círculo vicioso que acelera la progresión de las tres situaciones, y que finalmente se traduce en un deterioro de la salud a una mayor velocidad, una menor la calidad de vida, y finalmente una mayor tasa de mortalidad.
Pero, ¿a qué se debe esto? Diversos autores coinciden en que las enfermedades orales y enfermedades sistémicas comparten factores de riesgo, como la alimentación no saludable, el consumo de alcohol y de tabaco, entre otros… Pero este tema lo retomaremos más adelante.
Agenda 5×5 de las Enfermedades No Transmisibles
En los últimos 20 años, las enfermedades no transmisibles han sido la principal causa de muerte en la mayoría de los países, produciendo 200 millones de muertes prematuras en las personas entre 30 y 70 años. Gran parte de estas muertes podrían haber evitado o haberse retrasado.
Actualmente la OMS plantea en su “Agenda 5×5 de las Enfermedades No Transmisibles” que las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, las enfermedades respiratorias y las patologías mentales pueden prevenirse o retrasarse reduciendo sus principales factores de riesgo, como el consumo de tabaco, de alcohol, la alimentación poco saludable, la inactividad física y la contaminación del aire.
Con esto, queda claro que las enfermedades orales y sistémicas no transmisibles comparten parte de sus factores de riesgos, además de tener una interacción bidireccional donde ambas se potencian negativamente. Pero ¿por qué no están incluidas en la Agenda 5×5?
Crédito de la imagen: Alianza de ENT. 2020. La necesidad de una Agenda de ENT inclusiva y centrada en la persona. La necesidad de una Agenda de ENT inclusiva y centrada en la persona | NCD Alliance
¿Agenda 6×6?
El profesor Habib Benzian (New York University College of Dentistry, New York, USA) ha planteado la necesidad de incluir en esta agenda a las enfermedades orales como patología y al consumo de azúcar como factor de riesgo. Esto se basa en que las enfermedades orales calzan con la definición de enfermedad no transmisible, ya que son crónicas, no infecciosas y con una progresión que afecta al curso completo de la vida. Además, tienen una alta prevalencia, y son potencialmente evitables. Y por su parte, el consumo de azúcar es el principal factor de riesgo para el desarrollo de caries, contribuye al desarrollo de obesidad, diabetes y patologías cardiovasculares.
Un antecedente interesante es la inclusión de la salud mental y la contaminación del aire a la agenda. Al ampliar la lista de las enfermedades de la agenda, se logró un enfoque más integrativo de la salud ambiental y salud sistémica.
¿Por qué no se podría lograr de la misma manera un enfoque más integrador entre la salud bucal y la sistémica, si ambas están relacionadas con enfermedades crónicas no transmisibles, comparten factores de riesgo y tienen una relación bidireccional sustentada en evidencia? Esto llevaría a una comprensión más holística de la salud, entendiendo que existen relaciones que no pueden estudiarse por separado, y necesitan el esfuerzo colaborativo para ser resueltas.
Matías Santos López es cirujano dentista, Universidad Finis Terrae, epidemiólogo (c), Universidad de Los Andes y actualmente se desempeña en el Ministerio de Salud de Chile. Su trabajo de grado se enfoca en la relación existente entre la multimorbilidad crónica y la salud oral en población chilena.